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LASSONRISAS

LA MAREA DE INDIGNADOS EN BURGOS.

La marea de 'indignados' crece en

Burgos

La nueva convocatoria logró reunir a más de 2.000 personas de todas las edades que recorrieron el centro

 

 

 

«¿Estos son los del 15M?». Una mujer de mediana edad formula esta pregunta al filo de las nueve de la noche. Ante ella luce la plaza del Cid tomada por una marea humana que, sentada en el suelo, levanta la voz para manifestar su indignación. «Sí, son los del 15M», la responden. «Pues me voy a sentar con ellos». Dicho y hecho. Encuentra un hueco y levanta las manos al grito de «esto es un atraco».

Junto a ella más de 2.000 burgaleses corean la misma proclama, una de tantas que resonaron ayer en las calles del centro de la ciudad, tomadas por una marea de 'indignados' que crece por días. Y allí, en la plaza del Cid los asistentes, tras recorrer las calles Laín Calvo, San Juan, San Lesmes y Vitoria, confirmaron con aplausos las propuestas del manifiesto por una 'Democracia Real Ya' detallado por varias voces con ayuda de un megáfono que dado el aforo se quedaba 'afónico'.

Allí desmenuzaron «algunas de las medidas que como ciudadanos consideramos esenciales para la regeneración de nuestro sistema político». Medidas que se agrupan en ocho puntos. A saber, eliminación de los privilegios de la clase política, lucha contra el desempleo, derecho a la vivienda, servicios públicos de calidad, control de las entidades bancarias, fiscalidad, libertades ciudadanas y democracia participativa y reducción del gasto militar.

De nuevo en pie, la comitiva popular se dirigió a su punto de partida, la Plaza Mayor. Desde ella partían pasadas las 20 horas cuando el continuo goteo de asistentes hacía ya prever que la nueva convocatoria iba a superar en número a las anteriores.

Un sentido aplauso seguido del canto más repetido de la jornada: «Lo llaman democracia y no lo es», daba el pistoletazo de salida a la marcha encabezada por la misma pancarta que en días anteriores, en la que se puede leer: «No somos mercancía de políticos y banqueros», a modo de declaración de intenciones.

De todas las edades

Y tras ella, tras la pancarta, variedad salpicada de amarillo, el color que se ha elegido como símbolo de la reivindicación. Ciudadanos de todas las edades (mayoría joven, pero también nutrida representación de aquellos que lo fueron hace años, unos más y otros menos) compartieron las calles y se congratularon del éxito creciente de este movimiento apartidista y asindical, que así se autodefine.

Algunos incluso se emocionaron ante la sintonía reinante -hasta con la Policía Local- que lograba incluso arrancar aplausos a su paso. «Ya era hora de que en esta ciudad y en este país despertáramos», comentaba uno de los asistentes más talluditos, encantado con la respuesta juvenil.

De regreso a la Plaza Mayor, testimonios, más proclamas, más aplausos y más 'inquilinos' en el campamento que mantiene viva la llama de la protesta. Eso y la promesa firme de seguir. Hoy de hecho repetirán convocatoria. A las 20 horas en la Plaza Mayor.

Hasta que llegue el momento los distintos comités creados para facilitar la organización seguirán en la línea iniciada el pasado miércoles, primer día de acampada. Obra de alguno de ellos son los carteles que decoran los soportales bajo el Ayuntamiento que recuerdan a los paseantes y explican a los que aún no conocen las razones de este movimiento que los allí reunidos quieren, en resumen, «un futuro».

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